Las criptomonedas son una moneda digital que utiliza nuevas tecnologías, como algoritmos criptográficos y blockchain (o cadena de bloques), para garantizar la seguridad, el anonimato y el registro de transacciones. Está descentralizado, en el sentido de que los intercambios no necesitan recurrir a un intermediario. Hablamos entonces de un intercambio de “pares” sin un órgano de control (Nakamoto, 2008).
Las criptomonedas se inspiran y toman forma de los movimientos libertarios y los llamados cypherpunks. En cuanto a los primeros, estos buscaban la separación del Estado con la moneda y los segundos, el respeto por la privacidad (Breitman, 2019). Esto fue posible gracias a la llegada de la cadena de bloques, que constituye un registro descentralizado, certificado e incorruptible permitiendo almacenar información relacionada con las transacciones. Sin embargo, esta tecnología tiene límites energéticos, debido a que la validación de un bloque se realiza mediante la minería, es decir, el seguimiento de transacciones, basada en mecanismos de consenso Proof-of-work. Lo anterior requiere un alto consumo de energía para permitir la validación de la transacción y su registro en la cadena de bloques (De Filippi, 2022). Este llamado mecanismo de consenso es, en otras palabras, la minería de bitcoin que permite validar los bloques, a cambio de lo cual el minero recibe una determinada suma (Aglietta & Lakomski-Laguerre, 2021).
Por lo tanto, las criptomonedas se han convertido en una alternativa a la forma tradicional de hacer transferencias a través de bancos y monedas, emitidas por los bancos centrales. Estas nuevas monedas permiten realizar transacciones sin un intermediario de confianza y únicamente entre pares. Es por eso, que sólo nos fijaremos en el Bitcoin, pues fue la primera criptomoneda que surgió en 2009. Es la moneda que tiene la mayor capitalización de mercado hasta la fecha, según coinmarketcap.com. En ese orden de ideas, el objetivo no es crear una nueva moneda, sino crear un sistema de intercambio fuera de los bancos (Daniel, 2018). Además, un cambio en el sistema implicaría causas mucho más profundas que el intercambio de medios de pago, reflejaría una intención de revolución en la jerarquía del sistema bancario y el poder político de los estados que conducen a trastornos de igualdad en la distribución de Poder y riquezas (Aglietta y Lakomski-Laguerre, 2021). En línea con lo anterior, los comentarios hechos por Hayek, en “La Desnacionalización del Dinero”, muestran que sería mejor tener monedas en competencia sin un monopolio de los bancos centrales. De este modo, el libre mercado y la soberanía individual prevalecerían sobre el Estado y permitirían una mayor igualdad entre los individuos (Hayek, 1976). Cuando observamos el sistema bancario tradicional, existen diferentes desafíos de la soberanía y de los poderes entre los actores económicos (Beitone & al., 2019).
Con la criptomoneda se puede identificar un deseo de poner fin a la hegemonía del dólar en el comercio internacional. Por lo tanto, utilizando de ejemplo al Bitcoin, podemos ver una nueva división entre los países desarrollados y aquellos en proceso de desarrollo que; según un enfoque constructivista, da un significado diferente al uso de Bitcoin. Por un lado, para los países desarrollados estas monedas se pueden percibir como un activo especulativo, mientras que, para los países en vía de desarrollo es un medio de pago alternativo que tiene como objetivo ser un rival a las monedas fiduciarias y al modelo bancario centralizado (Nicholson, 2017). Contrariamente, según una concepción realista, Fritsch (2014) argumenta que las tecnologías emergentes permiten que nuevos actores sean más eficientes e influyentes y poderosos a nivel internacional. En mayo de 2022, 44 países se reunieron en El Salvador, con el objetivo de medir las ventajas de incluir el Bitcoin en el sistema bancario de sus respectivos países (Magazine de Bitcoin, 2022). Asimismo, se puede ver que los Estados, el Parlamento Europeo, los bancos centrales, la Reserva Federal de Estados Unidos y otras instituciones están comenzando a estar interesados cada vez más en las criptomonedas y su aceptación en el flujo internacional. Es por eso que, las criptomonedas y las nuevas tecnologías en su conjunto, son relevantes para la economía política internacional, principalmente por dos razones que analizaremos a continuación.
En primer lugar, las transacciones internacionales pueden realizarse a nivel internacional sin un órgano externo. Las preguntas que podemos hacernos se relacionan con el valor de la criptomoneda, sus funciones y su propia esencia, por tanto, nos preguntamos: ¿Esta tecnología debería ser regulada como un activo especulativo o como una moneda por derecho propio? ¿Cómo deberían acordar los Estados su regulación? Dado que las transacciones a través de criptomonedas son una realidad en la economía mundial, ¿quién se beneficia de la falta de regulación? ¿Cómo han ingresado las criptomonedas en los flujos de información y el capital tradicionalmente controlados por los bancos? Estas preguntan permiten ver que los intereses políticos no son ajenos a la dinámica económica internacional, puesto que la no regulación de las criptomonedas refleja unos intereses políticos y económicos desiguales.
En segundo lugar, las criptomonedas influyen en preguntas importantes sobre la agenda política exterior de muchos países, debido a su impacto medioambiental y energético, por lo que los organismos internacionales deberían regular su funcionamiento. Debido a que la minería requiere dispositivos potentes con alto consumo energético (Badea & Mungiu-Pupӑzan, 2021), surgen cuestiones medioambientales, en particular con respecto al uso de energías renovables o fósiles. En efecto, si nos interesa la voluntad de combatir el calentamiento global con los Acuerdos de París, la utilización de esta tecnología podría ir en contra de esta lucha. Por un lado, está el deseo de crecimiento de los países emergentes. Por otro lado, los países occidentales intentan limitar este crecimiento. Además, hay cuestiones relacionadas con la ubicación y el costo de la electricidad. De hecho, los países donde la energía es menos costosa tendrán una ventaja sobre los demás. En otras palabras, el costo marginal de la minería es menor en los países emergentes.
En consecuencia, podemos decir que las criptomonedas no pueden ser vistas únicamente desde un punto de vista económico, es decir, como un activo o como un medio de intercambio sin un regulador internacional. Pues esto dejaría de lado los impactos ambientales en los debates políticos internacionales, siendo una de las razones por las que los organismos internacionales quieren regular las criptomonedas. Del mismo modo, no pueden analizarse sólo desde un punto de vista político, sino también desde una perspectiva social en cuanto a su aceptación y el significado que la gente les da. Por lo tanto, hay varios intereses relacionados con su regulación, intereses y uso.
Referencias
Aglietta, M. & Lakomski-Laguerre, O. (2021) « VII/ Les cryptomonnaies en plein essor : les banques centrales lèvent leurs boucliers ! » Reperes: 103‑17.
Badea, L. & Mungiu-Pupӑzan, M. C. (2021) « The Economic and Environmental Impact of Bitcoin ». IEEE Access 9: 48091‑104.
Beitone, A., Lorrain, L. & Rodrigues, C. (2019) « Sujet 10. Les relations monétaires internationales peuvent-elles être régulées ? » Eco Sup 2: 218‑30.
Breitman, A. (2019) « Cryptocurrencies: What are they good for ? How do they work ? » Annales des Mines – Realites industrielles 2019(1): 14‑17.
Campbell-Verduyn, M. (2017) Bitcoin and Beyond: Cryptocurrencies, Blockchains and Global Governance. Taylor & Francis. https://library.oapen.org/handle/20.500.12657/29557 (18 mai 2022).
Daniel, Jean-Marc. (2018) Crypto-monnaies : leurs fonctions, leurs dangers. Institut français des relations internationales. https://www.cairn.info/les-chocs-du-futur–9782100779413-page-284.htm (4 mai 2022).
De filippi, P. (2022) « Chapitre II. Qu’est-ce que la blockchain ? » Que sais-je? 2: 39‑73.
Fritsch, S. (2014) « Conceptualizing the Ambivalent Role of Technology in International Relations: Between Systemic Change and Continuity ». In The Global Politics of Science and Technology – Vol. 1: Concepts from International Relations and Other Disciplines, Global Power Shift, éd. Maximilian Mayer, Mariana Carpes, et Ruth Knoblich. Berlin, Heidelberg: Springer, 115‑38. https://doi.org/10.1007/978-3-642-55007-2_6 (2 juin 2022).
Hayek, F. A. (2015) Pour une vraie concurrence des monnaies. Presses Universitaires de France. https://www.cairn.info/pour-une-vraie-concurrence-des-monnaies–9782130607281.htm (6 mai 2022).
Legler, T. F., Santa Cruz, A. & Zamudio González L.. (2013) Introducción a las relaciones internacionales: América Latina y la política global. México, D.F: Oxford University Press.
Nik. (2022) « President Nayib Bukele Announces 44 Countries To Meet In El Salvador To Discuss Bitcoin ». Bitcoin Magazine. https://www.nasdaq.com/articles/president-nayib-bukele-announces-44-countries-to-meet-in-el-salvador-to-discuss-bitcoin (18 mai 2022).
Nakamoto, S. (2008) Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System. https://bitcoin.org/bitcoin.pdf
Nicholson, J. (2017) « The Library as a Facilitator: How Bitcoin and Block Chain Technology Can Aid Developing Nations ». The Serials Librarian 73(3‑4): 357‑64.
Beatriz Pastre
Danish Kandasamy
David da Costa
Edward Gallardo
Eugenia Cabello
Ismail Sylla
Karen Mogollón
Publié en 2022
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