El feminismo ha sufrido varias transformaciones a lo largo del tiempo, así como una expansión de los problemas y las luchas contra las diferentes formas de opresión.

En las últimas dos décadas, el enfoque feminista ha tenido un importante despliegue en la Economía Política Internacional (EPI) y las Relaciones Internacionales (RRII).  Se trata de una perspectiva que entiende el género como una categoría de análisis construida socialmente que puede revelar las relaciones de poder en la economía política global. Precisamente, fueron “las feministas quienes afirmaron que solo incluyendo el análisis de género podría diferenciarse el impacto del sistema estatal y de la economía mundial en la vida de las mujeres” (Tickner y Sjoberg, 2013:205). Por tal motivo, hay quienes consideran que el feminismo, incluso, va más allá del género, pues su propuesta también permite entender otras estructuras de opresión relacionadas con la raza y la clase social. En consecuencia, el enfoque feminista se preocupa por múltiples temas que abarcan, por ejemplo, la seguridad, el Estado, la anarquía, el orden internacional, la violencia, las estructuras de producción y reproducción, la economía global, la globalización, entre otros.

En tal sentido, el desarrollo de la teoría feminista es paralela a la preocupación creciente por los asuntos de género en el escenario de la política y la economía global. La perspectiva de las “olas del feminismo” resulta útil para acercarse al fenómeno desde un punto de vista historiográfico. Una primera ola se ubica a mediados del siglo XIX, con epicentro en los Estados Unidos y Europa, donde el movimiento sufragista de las mujeres se configuró. La lucha por el sufragio femenino dominaría las batallas sociales del feminismo internacional en las siguientes décadas. Una vez que la mujer entró a participar en la pugna política electoral alrededor del mundo, el movimiento feminista se fragmentó. En este contexto se desarrolla la segunda ola durante las décadas de los años sesenta y setenta. La expresión “lo personal es político” – o “lo privado es político”- describe acertadamente el fundamento de este período. A partir de entonces, parecería lógico referirse a “los feminismos” (ej. liberal, radical, etc.). La tercera ola se puede ubicar a mediados de los años noventa y se fundamenta en la justicia social, de género, racial y económica.

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La Economía Política Internacional se insertaría en la segunda ola, es decir, entre las décadas de 1960 y 1970. Los primeros trabajos académicos surgieron con un especial interés particular en los inexorables vínculos que se establecen entre la política y la economía internacionales (Jackson y Sørensen, 2013). Concretamente, el debate en torno a la teoría feminista se puede caracterizar como uno entre la entre la crítica y el consenso. Las primeras se encuentran en los trabajos sobre la genealogía de la EPI, en los que los aportes feministas se encuentran excluidos, incluso en las aproximaciones críticas. Mientras tanto, los segundos resaltan las convergencias entre la agenda de los críticos y los estudios feministas. Algunos investigadores han sentenciado “la ceguera” del área en relación con las múltiples contribuciones de las teórias feministas. Las perspectivas feministas o los enfoques basados en el género han abordado, especialmente, dos cuestiones: (i) producción y reproducción y (ii) los modos cambiantes de gobernanza global. Los estudios feministas a menudo adoptan presupuestos materialistas, posestructuralistas o poscoloniales; esto demuestra que no hay una única perspectiva feminista crítica en la EPI, sino más bien que son plurales (Elias, 2019).

Aunque los trabajos de las académicas feministas de las relaciones internacionales y de la EPI han develado los sesgos de género en las teorías y prácticas de la política y la economía internacional, la aproximación feminista ha sido el destino de fuertes críticas desde otras áreas de los estudios internacionales. Concretamente, existe escepticismo frente a su aplicabilidad y a su valor para analizar los fenómenos políticos (Lascuarín y Villafuerte, 2016). Adicionalmente, se sentencia la confusión que a menudo se produce alrededor de los conceptos de sexo y género, pues, a menudo, este último ha sido tomado como equivalente de “mujer” (Peterson, 2005). En este sentido, también se ha señalado la dificultad que encarnan algunos tipos de feminismo cuando intentan explicar las problemáticas de las mujeres no occidentales, a través de las experiencias de las mujeres occidentales. Por último, se ha acusado al feminismo de subestimar la interacción entre la construcción global y local del género, ya que se le ha otorgado prevalencia a la examinación de las dinámicas globales.

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Desde la EPI se ha forjado una preocupación, justamente, por realizar investigaciones feministas que analicen las interacciones entre el nivel internacional y el doméstico. De hecho, los estudios feministas de economía política han señalado que las transformaciones globales están constituidas por prácticas cotidianas (Elias y Roberts, 2016). La EPI feminista del día a día es un lugar teórico que busca examinar de qué manera la ampliación y profundización de las relaciones de mercado capitalistas en los espacios de la vida cotidiana influyen en las relaciones de género. Bajo esta perspectiva, es relevante cuestionarse sobre: ¿cuáles son las conexiones entre el modo de producción global y la inequidad de género? o ¿qué implicaciones sociopolíticas tiene el capitalismo en el modo de vivir de mujeres y hombres? Este tipo de indagaciones se ilustran en la proclamación de Cynthia Enloe (2014) cuando afirma que “lo personal es internacional” y viceversa. Para comprender en la práctica, cómo un enfoque feminista se ocupa de la forma en que se cruzan la cuestión de la producción y la reproducción, una perspectiva de la vida cotidiana y la economía política global es pertinente abordar el informe “Prendas Contaminadas”, del Blum Center for Developing Economies de la Universidad de California. Esta investigación fue dirigida por Siddharth Kara (2019), experto en esclavitud moderna. Este reporte, divulgado en enero de 2019, describe las condiciones de explotación que padecen centenares de mujeres y niñas en el sector de la confección en India, específicamente, aquellas que trabajan desde sus hogares y no en fábricas. En este país asiático, el género femenino representa una porción desproporcionada del trabajo a domicilio que es contratado o subcontratado por grandes compañías de ropa estadounidenses o europeas. En consecuencia, Kara sentencia que, estas mujeres y niñas indias hacen parte de los “cientos de millones de personas que trabajan como la subclase explotable y prescindible de la economía mundial”. A través de este caso se pueden desvelar las dinámicas políticas, económicas, locales y globales que producen y reproducen las desigualdades sociales en detrimento de las mujeres y las niñas.

Referencias

Enloe, C. (2014). Bananas Beaches and Bases: Making Feminist Sense of International Politics. Berkeley: University of California Press.

Elias, J. (2011). Critical Feminist Scholarship and IPE. In Shields, S., Bruff, I., Macartney, H. (eds.) Critical International Political Economy: Dialogue, Debate and Dissensus. London: PalgraveMacmillan, 93-113.

Elias, J., & Roberts, A. (2016). Feminist Global Political Economies of the Everyday: From Bananas to Bingo. Globalizations, 13(6), 787-800.

Jackson, R. & Sørensen, G. (2015). International Political Economy: Classical Theories. En: Jackson, R. & Sørensen, G. Introduction to International Relations: Theories and Approaches. Oxford: Oxford University Press.

Kara, S. (2019). Tainted Garments: The Exploitation of Women and Girls in India’s Home-based Garment Sector. Berkeley: Blum Center for Developing Economies. University of California.

Lascuarín, M. & Villafuerte, L. (2016). The International Relations theory under a feminist approach. Revista de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad. 11(1), 45-61.

Peterson, S. V. (2005). How (the Meaning of) Gender Matters in Political Economy. New Political Economy, 10(4), 499-521. Tickner, J., Sjoberg, L. (2016). Feminism. In Dunne, T., Kurki, M., Smith, S. (Ed). International Relations Theories: Discipline and Diversity. Oxford: Oxford University Press.


Jessica Klötzli

Özlem Ince

Alexandra Pérez

Catalina Sánchez Montoya

Milena Sarralde

Matthieu Volet

beenhere

Publié en 2021

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