Visible en las políticas económicas actuales, el proteccionismo es una medida económica adoptada por diferentes países para proteger la economía nacional de la competencia extranjera.
El proteccionismo hace referencia a las medidas adoptadas por un Estado para favorecer su producción frente a la producción extranjera. La idea es proteger los mercados nacionales de los mercados extranjeros. Estas medidas pueden ser derechos de aduana, cupos, subvenciones a la exportación o ayudas directas pagadas a determinados sectores de la economía del país, como la agricultura (Guillochon, 2001).
Tales medidas fueron ampliamente utilizadas por Inglaterra y Estados Unidos en su período de industrialización (Reino Unido desde el siglo XIV hasta el siglo XIX y Estados Unidos desde el siglo XIX hasta mediados del siglo XX después de la Segunda Guerra Mundial). Los defensores actuales del libre comercio (aunque esto está siendo cuestionado por la administración Trump) han practicado, de hecho, un amplio proteccionismo antes de cambiar su discurso. Según la expresión popularizada por el economista heterodoxo Ha-Joon Chang, los países desarrollados están en proceso de “tirar la escalera” para mantener a los países en desarrollo en una posición de inferioridad, impidiéndoles tomar el camino del proteccionismo como ellos. Esto se logra mediante la imposición de un libre comercio que no se ajusta a su situación social y económica (Chang, 2002 y 2003).
Según la concepción liberal neoclásica, el proteccionismo está demonizado y se opone conceptualmente al libre comercio. Así pues, partidarios de la corriente dominante como Gary Becker o Jean Tirole (por nombrar sólo algunos) defienden la idea ya planteada por sus predecesores de que el libre comercio debe ser promovido. Estos explican que en un sistema de competencia pura y perfecta, los impuestos, las subvenciones y todas las intervenciones a un mercado libre son perjudiciales para el desarrollo de la economía. Las únicas injerencias recomendadas son las que se realizan para abordar las deficiencias del mercado con el fin de promover su buen funcionamiento, pero obviamente no se trata de obstaculizarlo. Así, para Tirole, el pensamiento heterodoxo (el mismo pensamiento que restaura el concepto de proteccionismo) es sólo “la antesala del oscurantismo” (Tirole, 2015). Por lo tanto, intenta desacreditarla para no tenerla en cuenta. Sin embargo, esta concepción neoclásica del proteccionismo es criticada por su simplicidad y naturaleza reductora. Superaremos esta aporía intelectual en dos etapas.
En primer lugar, Frédéric Lordon, un economista heterodoxo, demuestra hasta qué punto la amenaza proteccionista y su oposición al libre comercio no están justificadas. Explicó que las condiciones de producción son heterogéneas en todo el mundo (también dentro de Europa), que los distintos países devalúan sus monedas, lo que les permite reducir el precio de las exportaciones, etc. En sí mismo, para él, cualquier acción de los Estados sobre la estructuración de sus economías en relación con sus relaciones comerciales con el resto del mundo es proteccionismo. “Esta es, por lo tanto, la trágica interpretación errónea del “antiproteccionismo”, que persiste en crear condiciones formales de mercado, olvidando sistemáticamente todas las protecciones estructurales que hacen que el comercio sea desigual desde el principio” (Lordon, 2009). Por consiguiente, las medidas que se ajustan a las “reglas de juego uniformes” de los neoliberales sólo sirven para acentuar esas diferencias estructurales que generan desigualdades.
En segundo lugar, para ir más allá de la concepción neoliberal, Jean-Christophe Graz nos invita a rehabilitar el pensamiento preclásico de los mercantilistas. En efecto, este pensamiento ya proponía una articulación económica entre el nivel interno (economía, política y sociedad) y el nivel externo (transnacionalización del capital) en las políticas de los Estados. Estos últimos deben articular demandas antagónicas en estos dos niveles. Internamente, los Estados deben garantizar el empleo, las funciones sociales y hacer frente a las disfunciones del mercado (esta es la fuente de su legitimidad) y, al mismo tiempo, externamente gestionar la apertura a los mercados internacionales con la desregulación del comercio. Así, el concepto de mercantilismo “exige una concepción teórica de la regulación del comercio que desafíe la centralidad de la oposición entre libre comercio-proteccionismo mediante la abolición de la distinción convencional entre política comercial y política económica en general” (Graz, 1999, p. 67). Sin embargo, esta distinción sigue siendo ampliamente practicada por los pensadores neoliberales. En este sentido, para el autor, su pensamiento está menos desarrollado que el de los preclásicos. Por el contrario, Graz utiliza el concepto de “mercantilismo transnacional” para destacar la articulación de este doble requisito explicado anteriormente.
Entender el proteccionismo desde una perspectiva de economía política internacional es relevante porque, como acabamos de ver, se refiere a las tres dimensiones de la economía, la política y las relaciones internacionales. La contribución de esta perspectiva, junto con el concepto de mercantilismo transnacional, nos permite ir más allá de la oposición entre libre comercio y proteccionismo y así entender la “coherencia de las prácticas estatales que, de otro modo, aparecerían como un conjunto de contradicciones entre los compromisos de libre comercio y las políticas proteccionistas” (Ibid, p. 65). Por lo tanto, cabe preguntarse por qué el proteccionismo sigue siendo demonizado por los principales pensadores económicos.
Según Chang, los países desarrollados del Norte promueven un liberalismo que los beneficia y los países del Sur pagan las consecuencias. Por ejemplo, Corea y Japón, que rechazaron el camino del libre comercio en los años sesenta y setenta, ahora lo están haciendo mucho mejor que la mayoría de los países del Sur (Chang, 2003).
Otros autores que han estudiado la cuestión del proteccionismo son Shamel Azmeh y Christopher Foster (2016) con su análisis de la “política industrial digital” de China. Estos estaban interesados en las políticas de regulación de Internet (y por lo tanto de protección) en China y su impacto en la economía del país. Filtrar Internet a nivel nacional no es sólo una cuestión de censura política, sino una herramienta para restringir el acceso al mercado nacional a las grandes empresas digitales occidentales. Analizan el despliegue de estas políticas de “proteccionismo digital” y los efectos positivos que han tenido en la industria digital y en la economía china. Así, el Gran Cortafuegos de China ha hecho posible la aparición de empresas digitales que ahora compiten con sus competidores estadounidenses. Este filtro permite a China decidir quién tiene acceso a su mercado doméstico y las empresas que lo hacen deben compartir su código fuente, acelerando la transferencia de tecnología con China (Foster y Azmeh, 2016). El “proteccionismo digital”, en el caso de China, es por lo tanto, un instrumento funcional de desarrollo económico, tanto en términos de convergencia tecnológica como de protección del mercado interior.
Referencias
Chang, H. J. (2002). Kicking Away the Ladder : Development Strategy in Historical Perspective. London: Anthem Press.
Chang, H. J. (2003).Du protectionnisme au libre-échangisme, une conversion opportuniste. Le Monde Diplomatique. Extrait de : https://www.monde-diplomatique.fr/10189
De Lombaerde, P. (2015). The Political Economy of Trade Protection in Colombia. Politics & Policy, 43(6), 855-886.
Foster, C., & Azmeh, S. (2016). Digital latecomer economies and national internet policy: The case of China. Conference paper for IPP. Oxford.
Foster, C., & Azmeh, S. (2016). The TPP and the digital trade agenda: Digital industrial policy and Silicon Valley’s influence on new trade agreements. International Development Working Paper Series (16)175. London School of Economics and Political Science. London
Graz, J. C. (1999). Aux sources de l’OMC La Charte de La Havane 1941-1950. Genève: Droz.
Tirole, J. (2015). Lettre envoyée à la secrétaire d’Etat à l’Enseignement supérieur, Geneviève Fiorasco. Extrait de http://pinguet.free.fr/tirolettre.pdf
Guillochon, B. (2001). Le Protectionnisme, Paris: La Découverte. Lordon, F. (2009). La “menace protectionniste”, ce concept vide de sens. Les blogs du diplo : la pompe à phynance. Le Monde Diplomatique. Extrait de : https://blog.mondediplo.net/2009-02-17-La-menace-protectionniste-ce-concept-vide-de-sens
Tatianna A. Bonillas
Z. Ivan O. Cajamarca
Gaetan Deletroz
Sergio A. Londono
Simon Roquet
Samson Yemane
Publié en 2021
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