Después de las múltiples crisis que han tenido lugar dentro del sistema capitalista moderno, la globalización, por primera vez desde que se instauro como fenómeno central de la modernidad, está luchando por no sucumbir ante la oleada de medidas proteccionistas. ¿será que estamos al final del camino o solo es un prologado “mal momento”?

La Globalentización es un concepto que permite comprender cómo el ritmo de la integración económica en el mundo se ha ralentizado. Este fenómeno se pone de manifiesto en la constante disminución, desde la crisis de 2008, de los principales indicadores y/o cuestiones relacionadas con la integración mundial, como el comercio de bienes y servicios, las importaciones intermedias, los beneficios de las multinacionales, los flujos de inversión extranjera directa, el saldo de los préstamos bancarios transfronterizos, los flujos brutos de capital y la participación de los países en el proceso de convergencia, entre otros (The Economist, 2019). Por ejemplo, cuando un país aplica medidas proteccionistas, se prevé que el resultado será una disminución de la inversión extranjera directa en la economía, lo que reducirá el comercio mundial y hará evidente la desaceleración de la globalización (Görg y Labonte, 2011).

En razón a lo anterior, el concepto de globalización se encuentra inmerso en diversos debates, debido a los múltiples cambios que esta ha sufrido, específicamente, dentro de lo que se ha denominado como globalentización. Así pues, para definir ese proceso de caída de la globalización, Bakas (2015) emplea el concepto de “slowbalisation”, exponiendo con este la disminución de los procesos de globalización a nivel económico por decisiones mayoritariamente políticas. En ese sentido, Botta (2016) afirma también que entramos en una fase de la historia caracterizada por una desaceleración de este fenómeno, en la cual los recursos físicos y financieros están menos disponibles y en la que la economía de la felicidad es más privilegiada. Dentro de este fenómeno, las grandes potencias se benefician, al igual que los países de las economías emergentes e ideológicamente es el nacionalismo económico contra los neoliberales el que ha dominado los debates.

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Por otra parte, teóricos como Livesey (2018), estipulan la existencia de un proceso de desglobalización dados los frenos a los flujos de capital en la economía mundial. Este proceso lo han medido con un macro indicador para ver la desagregación a escala de la economía mundial con la relación entre el comercio mundial y el PIB mundial. Según sus estudios entre 1972 y 2009, existió una tendencia general donde el comercio mundial creció más rápidamente que la producción mundial. Sin embargo, la crisis financiera mundial parece haber dado paso a una nueva normalidad, en la que el comercio mundial está creciendo a un ritmo más lento que el PIB mundial. Este retroceso de la relación entre el comercio mundial y el crecimiento puede ser una fase pasajera, una repercusión de la crisis financiera mundial que se ha producido a lo largo de la década siguiente, pero según ellos, esto puede ser también el momento de coyuntura para una desglobalización. Por último, algunos autores, al hablar de desglobalización, sostienen que alternativamente podría denominarse ralentización de la globalización obviando los debates alrededor de estos conceptos (Brunnhuber et al., 2005; Livesey, 2018).

Ninguna definición de la globalentización está completa sin tener en cuenta elementos económicos, políticos y sociales, asociados a los tres actores más relevantes en los intercambios comerciales: Estados Unidos, China y la Unión Europea.

Económicamente, si se disminuyen los intercambios comerciales globales, habrá un impacto en la generación de empleo, el perfil de la ocupación de los trabajadores, la generación de vacantes de empleo calificado y el fortalecimiento o debilitamiento de las monedas locales. Por ejemplo, si el dólar se encarece, quienes exportan hacia Estados Unidos se favorecerán al recibir una mejor tasa de cambio de moneda local. Ahora bien, la problemática es que el debilitamiento de los intercambios comerciales internacionales también afecta negativamente a actores “periféricos” que tienen vínculos económicos fuertes con países industrializados.

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Desde una perspectiva política, es posible observar que las elecciones presidenciales en Estados Unidos cambiaron la relación comercial con China luego del ascenso de Trump (Paquete, 2018). Dicho presidente justificaba sus críticas a la globalización con base en la insatisfacción del electorado por la pérdida de empleos y una creciente desbalanza comercial ante el gigante asiático. Por lo tanto, se generó una tensión entre la posición dura de los halcones de la secretaría de comercio de Estados Unidos y una posición más moderada de otros actores económicos locales como empresas tecnológicas que, al tener su sede de producción en China, requieren de relaciones óptimas con este país.  Así, la política de Trump puede llegar a afectar, incluso, la tenencia de la deuda pública estadounidense en manos chinas. De esta manera, si se encarece la deuda pública o si China la vende, hay más volatilidad en la moneda estadounidense (Bloomberg, 2019).

Ahora bien, en la dimensión social se puede destacar el fenómeno de la migración al ser uno de los indicadores de la globalización. Contrariamente a lo que ha sucedido con otros indicadores, este ha aumentado desde el 2008. Por tanto, la definición de globalentización estaría obviando los procesos sociales que sí han aumentado en los últimos años, lo que contrasta con los procesos económicos que sí vienen disminuyendo (Ver figura 3). Si los fenómenos sociales tuvieran un rol más destacado en los análisis quizás no hablaríamos de globalentización. Al mismo tiempo, en la actualidad, vemos que hay decisiones que se toman en contra de estos flujos migratorios, por ejemplo, con el caso del Brexit (Watson, 2019), evento que está dificultando el acceso de otras culturas y personas bajo la excusa de priorizar el bienestar de la economía local (Pappas, 2019). La globalentización está en consonancia con los debates existentes en la economía política internacional sobre el fenómeno de la globalización. Por un lado, están los hiperglobalizadores, que creían que la globalización era irreversible; y, por otro lado, los escépticos que veían la globalización como insostenible debido a la búsqueda de autonomía e intereses estatales (Waltz, 1999; Hirst et al., 2015). Sin embargo, los transformacionalistas muestran un punto intermedio: el comercio que afecta a los Estados y a la economía todavía puede transformarse (Held, 2002). Esta postura es similar a la de globalentización. De hecho, cuando muchos transformacionalistas cuestionan las posiciones extremas, se dan cuenta de que existen procesos de regionalización, actualmente centrados en los Estados Unidos, Alemania y Japón. Esta última idea también se ve expuesta por la ralentización de la globalización: si bien actualmente hay una disminución del comercio mundial, se observa un crecimiento del comercio regional, lo que indica un retorno a la idea de la regionalización y al papel central de los Estados.

Referencias

Bakas, A., Buwalda, M., (2015). Kapitalisme & slowbalisering: De markt, de staat en de massa in de 21ste eeuw. Amsterdam : Dexter.

Bloomberg. (2019).  Xi’s Iron Grip Faces Test as China’s Economy Slows and Trump Attackshttps://www.bloomberg.com/news/articles/2019-01-30/xi-s-iron-grip-faces-test-as-china-economy-slows-trump-attacks

Botta, M. (2016). Neo-collectivist Consciousness as a Driver of Transformative Sociocultural Change. Journal of Futures Studies, 21(2), 51-70.

Brunnhuber, S., Fink, A., Kuhle, J. (2005). The financial system matters: future perspectives and scenarios for a sustainable future. Futures, 37(4), 317-332.

Görg, H. & Labonte, P. (2011). Trade protection during the crisis: Does it deter foreign direct investment? World Economy, 35(5), 525-544.

Held, D. (2002). Transformaciones globales: política, economía y cultura. Oxford: Oxford University Press.

Hirst, P., Thompson, G., Bromley, S. (2015). Globalization in question. Wiley.

Livesey, F. (2018). Unpacking the possibilities of deglobalisation. Cambridge Journal of Regions, Economy and Society, 11(1), 177-187.

Pappas, N. (2019). UK outbound travel and Brexit complexity. Tourism Management72, 12-22.

Paquete, D. (2018). Trump’s nasty fight with China’s middle class could extend the trade war. The Washington Post. https://www.washingtonpost.com/world/asia_pacific/trump-started-a-nasty-fight-with-chinas-middle-class-that-could-extend-the-trade-war/2018/09/17/887bb05e-ba43-11e8-b1c5-7a2126bc722c_story.html?noredirect=on&utm_term=.75e128d54284

The Economist. (2019). Everything to gain by their chains. https://www.economist.com/finance-and-economics/2019/04/20/is-the-world-economy-still-slowbalising Waltz, K. (1999). Globalization and governance. PS: Political Science and Politics, 32(4), 693-700.


Luis Fernando Cruz Araujo

Kenza Kebaili

María Valentina Leal Torres

Caroline Lot

Laura Ponce

beenhere

Publié en 2021

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