El oro es uno de los metales más valiosos del mundo. Aunque tiene propiedades especiales que le dan valor de uso, como la durabilidad, la estabilidad y la resistencia a la oxidación, su relevancia a lo largo de la historia está asociada a su valor de cambio y a su función como depósito de valor en la economía, especialmente en lo que respecta a la estabilidad monetaria.

Por sus características, el oro es de gran importancia para la industria y la tecnología. Sin embargo, su uso y las reservas actuales indican que funciona más como depósito de valor que como producto manufacturado. Anglogold Ashanti (2014) afirma que el 12% del oro está presente en artículos de tecnología de la información y la comunicación, el 37% existe  como reserva bancaria y el 50% se encuentre en joyas y artículos de lujo. Ante esta creciente demanda, la extracción del oro está en alza a pesar de los controvertidos problemas que conlleva. En efecto, la extracción de oro tiene terribles consecuencias sociales y medioambientales.

Algunas culturas precapitalistas consideraban el oro exclusivamente como un símbolo de poder.  Con la aparición del Estado moderno y del paradigma mercantilista, el oro empezó a considerarse una unidad de contabilidad. Con el descubrimiento de las minas de oro y plata en América, los metales preciosos se fueron identificando como la riqueza fundamental de los estados. Convirtiéndose así en un índice de equivalencia entre bienes, Bytheway y Metzler (2016) explican que el oro participa en la construcción de reglas compartidas para facilitar el comercio y formalizar un orden económico internacional. La adopción gradual del patrón oro en el último tercio del siglo XIX, permite establecer un sistema monetario internacional con el Banco de Inglaterra en el centro y en el que el valor de la moneda de cada Estado estaba determinado por una cantidad fija de oro, facilitando unos tipos de cambio fijos y una relativa estabilización de los precios internacionales como explicita Howe (2013).

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Sin embargo, esta no es la única forma en la que el oro se ha asimilado al sistema monetario internacional. Antes del patrón oro, existía un sistema conocido como bullionismo, en el que se aconsejaba a las instituciones bancarias que hicieran circular papel moneda sólo en proporción a sus reservas de oro y plata (Garcìa Ruìz, 1992). Tras la crisis económica de 1929, el patrón oro se abandonó por completo en 1944. Como consecuencia, se desarrolló un sistema financiero basado en el crédito, a través de una jerarquía compleja de instituciones y apoyado por las actividades de creación de crédito de los bancos centrales. A partir de esto, el oro se reafirmó como representación del poder político y económico y profundizó su valor de cambio debido a la seguridad que garantizaba a los actores económicos (Duckenfield, 2016). El aumento del valor del oro después de la crisis de 2008 y la de 2020, debido a la desestabilización de los mercados en el contexto de la pandemia, son una prueba de ello.

Así, el oro es un metal muy deseado, ya que tiene un valor de refugio a pesar del actual régimen de tipo de cambio flotante. Por tanto, sigue siendo un pilar de la economía. Sin embargo, en muchos países, los procesos de extracción y comercio de oro son objeto de gran controversia. En los últimos diez años, según el Consejo Mundial del Oro (2021), África fue la región con mayor producción de oro del mundo, mientras que la producción en Europa no superó el 4% de la de ese continente. Esto evidencia que la posesión de oro en bruto en el propio territorio no siempre es sinónimo de riqueza y poder. Además, en los países del “sur global”, la extracción de oro está fuertemente relacionada con los conflictos sociales, los daños al medio ambiente y las violaciones de los derechos humanos, incluso si esta minería se lleva a cabo en el marco de las regulaciones estatales o los marcos internacionales. De hecho, existen diversos instrumentos normativos como la Declaración de los Derechos Humanos o el Derecho Internacional del Medio Ambiente. La minería ilegal de oro está especialmente alejada de la idea de poder, riqueza y estabilidad. Por el contrario, se asocia a contextos de violencia, informalidad, despojo o lavado de dinero (GI-TOC, 2016).

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Por otro lado, numerosos estudios, como el de Risch Tratschin (2017), demuestran que los países compradores de oro no cuentan con leyes que garanticen la debida diligencia que favorezca la extracción de oro en condiciones de legalidad y garantía de los derechos humanos. Por este motivo, han estallado numerosos escándalos en todo el mundo que demuestran la ausencia o ineficacia de los controles sobre la producción de oro. Además, la información disponible públicamente sobre las importaciones y exportaciones no identifica claramente el origen del oro ni su proceso de producción. En Suiza, ni la Ley de Control de Metales Preciosos, ni la Ley de Blanqueo de Capitales pueden resolver este problema. Además, Suiza es uno de los mayores importadores de oro, y más de dos tercios del oro se refinan en dichos país. Por ello, en 2018, la Sociedad para los Pueblos Amenazados, una organización dedicada a la protección de las comunidades y el medio ambiente, recurrió al Tribunal Federal Suizo exigiendo transparencia en las relaciones comerciales sobre el origen del oro para verificar que no se importe “oro sucio” en el país. A principios de 2022, el Tribunal decidió negarse a revelar la identidad de los proveedores de las refinerías, lo que no favorece la extracción y el comercio de “oro limpio”.

En este sentido, y desde una perspectiva de economía política internacional, es posible problematizar la visión que se ha construido sobre el oro en dos sentidos. En primer lugar, este recurso es actualmente uno de los más explotados y demandados a nivel internacional, y su valor refugio dentro del sistema financiero internacional hace necesaria la búsqueda de acuerdos y regulaciones internacionales que lo rijan de forma respetuosa con el medio ambiente y los derechos humanos. La minería del oro es una actividad lucrativa para muchas personas, a pesar de las malas condiciones de trabajo. En segundo lugar, no cabe duda de que desde los años 30, con el abandono definitivo del oro como garantía de la moneda nacional, los flujos de capital se han desconectado definitivamente de la economía real de los países, para, como explica Alonso (2022), seguir un comportamiento cada vez más errático, imprevisible e irracional. Todo esto implica constantes desafíos de regulación y control para evitar escenarios de crisis. Finalmente, Chang (2012) menciona que el funcionamiento de la economía no obedece exclusivamente a criterios científicos, sino también a la voluntad e intereses políticos. Esta observación nos permite imaginar otras formas distintas a la acumulación de oro para evitar la desestabilización de los mercados y los escenarios de inflación e hiperinflación.

Referencias

Anglogold Ashanti. (2014) 100 preguntas sobre el oro. Bogotá: Anglogold Ashanti.

Bytheway, S. J. & Metzler, M. (2016) Central Banks and Gold : How Tokyo, London, and New York Shaped the Modern World. Cornell Studies in Money. Ithaca : Cornell University Press

Chang, H. J. (2012) 23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo (1a. ed., Debate economía). Barcelona: Debate.

Duckenfield, M. (2016) The Monetary History of Gold : A Documentary History, 1660-1999. Routledge.

Fernández Alonso, J. F. (2022, próximo a publicarse). Flujos de capital en América Latina. Perspectivas desde la EPI. In R. J. Leiteritz, C. Urrego-Sandoval, G. Jiménez, & N. Fuentes (Eds.), Economía Política Internacional en Latinoamérica: Teoría y Práctica.

Gallego Medina, W. M. (2020) Uso y apropiación del oro en la historia: riqueza y subsistencia. Agenda Cultural Alma Máter Universidad de Antioquia, (273).  Recuperado a partir de https://revistas.udea.edu.co/index.php/almamater/article/view/341373

García Ruíz, J. (1992 ) Patrón Oro, banca y crisis (1875-1936) Una revisión desde la historia económica. Cuadernos de Estudios Empresariales, 57 – 85.

Global Initiative against Transnational Organized Crime. (2016) Organized Crime and Illegally Mined Gold in Latin America. Geneva, Switzerland.

Howe, M. (2013) All of the world’s gold bullion visualized at once. Accessed May 18, 2022, http://www.mining.com: http://www. mining.com/all-of-the-worlds-gold-bullion-visualized-at-once-45504/

Pieth, M. (2019) Gold Laundering: The Dirty Secrets of the Gold Trade. Salis Verlag.

Ummel, M. (2022) “Graves lacunes dans le contrôle des métaux précieux.” Swissaid. Accessed May 2, 2022. https://www.swissaid.ch/fr/medias/graves-lacunes-dans-le-conTrole-des-metaux-precieux/

World Gold Council. (2021) Global mine production. Recurso disponible en https://www.gold.org/goldhub/data/gold-production-by-country#registration-type=google&just-verified=1


Jaime Sarmiento

Khanh Linh Dang

Leonardo Calvachi  

Naryi Vargas 

Ravina Khan

Samuel Buetiger

Zahra Bakir

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Publié en 2022

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